Derivado del término italiano bozzetto, el concepto de boceto refiere al esquema o el proyecto que sirve de bosquejo para cualquier obra. Se trata de una guía que permite volcar y exhibir sobre un papel una idea general antes de arribar al trabajo que arrojará un resultado final.
Por lo general, un boceto (definido como layout en idioma inglés) es una ilustración esquemática que carece de detalles y, en la mayoría de los casos, no posee terminaciones. Su objetivo es simbolizar ideas, pensamientos o conceptos, sin preocuparse por la estética. Por eso, generalmente se realiza sobre cualquier clase de hoja y sin necesidad de disponer de instrumentos de dibujo auxiliares.
En este sentido, podemos exponer que habitualmente cuando hablamos de boceto nos estamos refiriendo a un dibujo que se realiza a lápiz, en papel, a mano alzada y sin entrar en ningún tipo de detalles, simplemente se trata de
ejemplo, la moda. Y es que es frecuente que los diseñadores y los modistos se encarguen de plasmar de una manera previa las ideas que les van surgiendo para luego acometer de una forma mucho más exhaustiva y compleja el conjunto de sus confecciones que conformarán los modelos de sus nuevas colecciones.
Los bocetos pueden ser considerados como un estudio previo de otra clase de trabajos. Por ejemplo: un dibujo puede constituir el primer paso de una obra de arquitectura o de una escultura.
En el campo de la pintura, un boceto puede marcar el inicio de la confección de un mural. Por otra parte, un boceto puede transformarse en un dibujo con un grado mayor de elaboración que reproduzca formas de la naturaleza o se inspire en una obra de arte, con la intención de facilitar el estudio de su composición y estructura.
Afortunadamente hoy tenemos la oportunidad de disfrutar a través de exposiciones en distintos museos de todo el mundo de bocetos de algunos de los autores pictóricos más importantes de la historia. Este sería el caso, por ejemplo, de Leonardo da Vinci o de Francisco de Goya.
En el caso de este último pintor español hasta nuestros días se han conseguido conservar bocetos de frescos como El Milagro de San Antonio de Padua, que realizó para la madrileña Ermita de San Antonio, o de cuadros como Santa Justa y Santa Rufina.
Existen tres grandes tipos de bocetos: el burdo, el comprensivo y el dummy.
El boceto burdo supone la representación en papel de una primera idea, desprovista de detalles y contenidos técnicos. El boceto comprensivo incluye ciertos ajustes a dicha idea, a fin de mejorar su calidad y hacerla más comprensible. Para eso, se emplean diversas herramientas técnicas. Por último, el boceto dummy se caracteriza por tener un elevado grado de precisión y calidad en todos los efectos visuales que se aprovecharán para la obra final.
Cabe destacar que un boceto también puede ser un borrador de un documento escrito, con palabras sueltas o frases que, más adelante, permitirán constituir un texto desarrollado.
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